México adora los sedanes. Los que rondan $300,000 son muy importantes para las marcas en términos estratégicos. Volkswagen se quedó sin un representante en este rango de precios cuando Jetta subió de nivel y Vento se quedaba corto. El Volkswagen Virtus 2020 llega a reforzar la gama y busca convertirse en un superventas. Lo tuvimos a prueba.
Una espera bien calculada
Volkswagen no juega al azar. Hubo un meticuloso cálculo de tiempos detrás de la espera de casi 2 años para tener al Virtus en nuestras calles. La firma alemana esperó a lanzar antes la nueva generación del Jetta para que ese hueco por encima de Vento se hiciera más grande. El Volkswagen Virtus llega justamente para colocarse ahí, arriba de Vento y abajo de Jetta.
En teoría, Virtus debía reemplazar a Vento. Y digo "en teoría" porque finalmente terminarán conviviendo en el piso de los concesionarios por algún tiempo. Ambos son un Polo en formato sedán, pero Virtus representa la nueva generación.
Como modelo de nueva generación, Virtus goza de un rostro más fresco. El frente es prácticamente igual al nuevo Polo lanzado en Europa, salvo por un par de trazos en las fascias cuyo fin es dejarlo al gusto del cliente de Latinoamérica. Sí, Volkswagen se sentó con clientes de la región para preguntarles que sí y qué no les gustaba del diseño de Virtus/Polo y así realizar los ajustes necesarios.
En el diseño de la parte trasera hay una evidente influencia del Volkswagen Jetta. Eso es una buena o una mala noticia, según lo veamos: buena porque, ahora que Jetta subió de precio, los clientes con presupuestos más ajustados podrán tener un auto que se ve casi igual; mala porque tendremos autos muy parecidos en las calles. Lo que Volkswagen busca es reforzar la identidad de su nueva generación de sedanes.
El Volkswagen Virtus mide 4.48 metros de largo, es decir, 10 cm más que Vento. Su talla lo mantiene dentro del territorio de los sedanes subcompactos, pero su posicionamiento de precio lo ubica en la gama alta, justo en la frontera con la categoría de los compactos.
El Volkswagen Virtus se importa desde Brasil
La manufactura brasileña ha mejorado con el paso de los años, pero sigue sin alcanzar los estándares europeos de Volkswagen, principalmente al hablar de la calidad de los acabados. No es porque no puedan, sino porque la estrategia regional de la marca está orientada a reducir —en la medida de lo posible— el costo.
La cabina del Volkswagen Virtus es muestra de esa lucha entre ofrecer un sedán con buena percepción de calidad y ajustar lo necesario para acotar el precio. Del lado amable están las piezas globales de Volkswagen, como el volante —que es prácticamente universal en la gama—, perillas y botones de buen tacto, una palanca de cambios bien lograda y algunos detalles en cuero.
En contraste, con el fin de reducir el precio, prácticamente todas las piezas del interior son rígidas y algunas de apariencia económica, como es el caso de la zona alta del tablero. Incluso en los paneles de las puertas, donde modelos de esta categoría recubren con tela, Virtus conserva una pieza plástica.
Lo anterior no significa que la calidad interior del Volkswagen Virtus sea mala, simplemente no llega a lo que ofrece la marca en mercados más exigentes, como Europa. Dentro de su categoría en México, Virtus se coloca en la media, con una impresión de calidad similar a KIA Rio o Hyundai Accent, pero abajo de Mazda 2.
El diseño del habitáculo es muy ergonómico, como suele serlo siempre Volkswagen. Todos los Virtus llevan una base universal para teléfonos que no se puede desmontar; a mí me pareció útil, pero habrá a quienes no les encante. Lo que sí me hizo falta fue un descansabrazos y en Volkswagen lo saben; según nos cuentan, están buscando instalárselo a las unidades que lleguen a México, porque la fábrica desde Brasil no lo hará.
Hablemos de equipamiento y seguridad
El grado de equipamiento del Volkswagen Virtus es correcto, aunque no sobresaliente. La única versión que llega a México se llama Comfortline y corresponde a la intermedia a nivel global. Lo más relevante es un sistema de infotenimiento con pantalla de 6.5", compatible con Android Auto y Apple CarPlay, y con una interfaz muy bien lograda. Al paquete se suma una completa computadora de viaje, aire acondicionado, control de velocidad crucero y sensor de reversa.
Con un precio de $295,990, hay elementos que se echan de menos, como climatizador automático —que Vento Highline sí tenía—, quemacocos, cámara de visión trasera, llave inteligente, tapicería en piel o algún extra que desquite su cercanía a 300,000 pesos.
Otro punto importante es la seguridad. A México llega con frenos ABS y control electrónico de estabilidad, pero sólo incluye cuatro bolsas de aire... cuando la categoría sugiere que sean seis. Es probable que la falta de bolsas de aire tipo cortina sea porque la fábrica de Brasil no las incluye para ningún mercado, aunque México hubiese hecho la petición. Por el lado positivo, la estructura es sólida y capaz de proteger a ocupantes en caso de accidente.
El Virtus es uno de los sedanes más amplios de su categoría. Hay buen lugar para piernas y cajuela de 521 l.
El espacio interior es uno de los puntos más fuertes del nuevo Virtus. Ser el subcompacto con la distancia entre ejes más grande de su categoría se refleja en el lugar para piernas, que aun con el asiento delantero totalmente corrido hacia atrás, conserva buen espacio para las rodillas. La cajuela, por su parte, tiene 521 litros de capacidad.
El manejo es su mejor carta de presentación
La arquitectura modular sobre la que se desarrolló el Volkswagen Virtus ya la hemos visto en otros modelos del grupo, como T-Cross, Ibiza o Arona. De hecho, desde los primeros kilómetros se siente el parecido con sus primos españoles. Es un auto muy orientado al confort y eso se refleja en lo suave de la suspensión, que mantiene una amortiguación un tanto firme al final para conservar el sabor europeo de la marca. La dirección es muy ligera y amable con entornos urbanos, pero también rápida y precisa a altas velocidades.
La evolución sobre la calidad de marcha del Vento se nota fácilmente; Virtus es mucho menos saltón. En curvas de carretera es donde más sale a relucir el talento del chasís. El auto se siente ligero y capaz de conservar la trayectoria sin mayor problema, incluso cuando entramos un poco excedidos de velocidad y sin necesidad de que intervengan las asistencias.
El motor que le da vida es un bloque atmosférico de 1.6 litros de 110 hp y 114 lb-pie —sí, el mismo de Ibiza— que se puede llevar con transmisión manual de cinco velocidades o automática de seis. El poder es suficiente, pero no sobra. Entre calles y avenidas cumple; en carreteras y autopistas le toma tiempo llegar a velocidad crucero y ganar velocidad por encima de 100 km/h requiere paciencia.
Llegar a 100 km/h nos tomó 15.7 segundos. Al nivel del mar, Virtus anuncia un tiempo de 11.6 s.
La transmisión automática suele estirar la primera y la segunda marcha para que el auto devore rápidamente la primera parte del velocímetro. En tercera, cuando hundimos el pie en el acelerador buscando un cambio descendente, la caja prefiere confiar en el poder del motor antes que regresar a segunda. Cuarta, quinta y sexta las utiliza de descanso, siempre buscando mantenerse en torno a 2,000 rpm. A 80 km/h prefiere circular en quinta que en sexta para no sufrir por falta de par.
Con la ciudad vacía logramos obtener casi 16 km/l. En condiciones normales de tráfico, la computadora marcó un respetable rendimiento de 12.3 km/l. Con transmisión manual deberá ser sencillo obtener algo por encima de 14 km/l.
El Virtus quiere ser un nuevo superventas
Volkswagen quiere ver al Virtus entre los modelos más vendidos del segmento B. Es el sedán que viene a quedarse con los clientes a los que el Vento ya les sabe a poco —sobre todo ahora que desaparece su versión Highline— y a los que Jetta se les sale de presupuesto.
La marca no cierra la puerta al lanzamiento de más versiones en algún momento, quizá alguna de entrada cuando Vento se jubile y algún nuevo tope de gama que pueda incluir tecnología como cuadro de instrumentos digital, más confort y el nuevo infotenimiento de la casa. El motor 1.0 TSI no está sobre la mesa.
De Virtus nos quedamos con lo refinado de su manejo y el espacio interior, pero con un rango de precios de $275,990 a $295,990 no podemos ser indiferentes al par extra de bolsas de aire que le hace falta y a elementos de confort que sí ofrecen algunos de sus competidores. Virtus irrumpe en la categoría donde Hyundai Accent y KIA Rio convencen por precio, Honda City por espacio y Mazda 2 por refinamiento y manejo. Habrá que esperar cómo juegan sus cartas los nuevos Chevrolet Onix y Nissan Versa.
8.0
A favor
- El espacio interior está muy bien aprovechado.
- Su manejo es cómodo y refinado.
- Buen rendimiento de combustible.
En contra
- Algunos acabados lucen sencillos.
- No lleva bolsas de aire tipo cortina.
- El motor queda justo de potencia.
Volkswagen Virtus Comfortline TA
$295,990
- Motor: 4 cilindros de 1.6 litros
- Potencia máxima: 110 hp @ 5,750 rpm
- Par máximo: 114 lb-pie @ 4,000 rpm
- Transmisión: Automática de 6 vels.
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Tambor
- Peso: N.D.
- Velocidad máxima': 185 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 15.7 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Eje autoportante
- Longitud: 4,482 mm
- Cajuela: 521 litros
- Consumo urbano: 12.3 km/l
- Consumo combinado': 16.4 km/l
- Consumo en carretera': 21.9 km/l
- Emisiones de CO2': 143 g/km
- Capacidad del tanque: 50 litros
' Cifras anunciadas por el fabricante
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La noticia Volkswagen Virtus, a prueba: el nuevo sedán pródigo de Volkswagen (+ video) fue publicada originalmente en Motorpasión México por Gerardo García .
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