Como fanáticos de los autos, solemos concentrarnos en cuál es más potente o mejor acabado, e incluso sentimos cierto placer en decir que ese coreano es mejor que tal alemán, pero en su parte más básica, los autos son herramientas de movilidad, y en ciertos contextos da igual su modelo o el color. Tal es el caso de los "autos chocolate", de los que recientemente se ha derivado toda una conversación.
¿Qué está pasando? El titular del Poder Ejecutivo Federal anunció un decreto para regularizar a los autos chocolate que ya estén en el país. La medida contempla a vehículos que se encuentren en estados fronterizos: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. El objetivo es otorgarles un permiso de circulación para poder llevar un registro de esos autos debido a que muchos de ellos actualmente son usados para cometer actos ilícitos.
Dado que muchos de esos autos entran de forma ilegal al país, es difícil saber cuántos hay circulando. Se estima que en la actualidad hay alrededor de 3 millones de autos provenientes de Estados Unidos, la mayoría de ellos ubicados en los estados ya mencionados, aunque también abundan en Guanajuato, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y Michoacán.
Condiciones y origen cuestionables. La polémica que envuelve a los autos chocolate es que muchas de esas unidades tienen un precio sumamente bajo debido a sus condiciones. Pudieron haber tenido una gran falla mecánica —con una reparación provisional—, haber sido siniestrados o simplemente son modelos muy antiguos, lo que deriva en una conversación sobre su alto nivel contaminante y los bajos estándares de seguridad a pasajeros.
Independientemente del vehículo, su entrada al país también es cuestionable. Entran a México de de forma ilegal a través de redes de corrupción en cruces aduaneros o puertos fronterizos para evadir el cobro de impuestos. A ello se suma que, al no estar registrados en México, es difícil rastrear al propietario, lo que los vuelve ideales para cometer delitos.
El impacto al sector automotor mexicano. Asociaciones como la AMDA y la AMIA no tardaron en pronunciarse y tachar como negativo el nuevo decreto del presidente. Aunque el sector de los autos nuevos se ve afectado, el mayor golpe más grande es hacia el mercado de los coches usados debido a un aspecto que suele ignorarse: varios de los autos importados a México no son demasiado antiguos ni baratos. En muchos casos son modelos relativamente recientes, con un equivalente nacional, pero a la mitad de precio. Los consumidores prefieren pagar, por ejemplo, 150,000 pesos por un SUV de gama media de origen estadounidense, que por un compacto básico nacional.
La AMDA calcula que la presencia de los mismos modelos nacionales y provenientes de Estados Unidos generará una depreciación de hasta un 20% en los modelos adquiridos en México. Se calcula, además, que las ventas de autos caigan hasta un 39% en el mercado nacional, como sucedió en 2006 cuando se legalizaron los autos chocolate y varios negocios quebraron en la zona fronteriza.
El momento ideal: no hay autos en los concesionarios. El sector del automóvil no está pasando un buen momento a nivel global. Entre la escasez de semiconductores y el alza en el costo del acero, el precio de los autos se está disparando mientras su disponibilidad disminuye. Muchos usuarios han volteado a ver el mercado de los autos usados, y eso supone una oportunidad para los vendedores de autos chocolate.
De acuerdo con cifras de El Financiero, de enero a agosto de este año se importaron más de 100,000 autos usados a México, lo que supone un aumento del 35.7% en comparación con el mismo periodo de 2020 —el incremento más grande en 8 años.
La otra cara de los autos chocolate. Al margen de todo lo que señalan la AMIA y la AMDa, los autos chocolate satisfacen una necesidad difícil de atender en México: cuando el auto se vuelve indispensable para un sector de bajos recursos que lo necesita como herramienta de trabajo —como una pick-up—, pero no puede acceder al precio de un vehículo usado nacional ni a un crédito para adquirir uno. Su única opción es el mercado de los autos chocolate.
Sin programas públicos que atiendan las necesidades de ese sector, los autos chocolate se convierten en la única alternativa para que algunos trabajadores puedan comenzar a generar los ingresos necesarios para subsistir. A ello se suma una red de transporte público que no siempre puede satisfacer todas las necesidades de movilidad, sobre todo en la zona fronteriza.
Regularizar autos chocolate, a costa del mercado local. COPARMEX señala que entre 1979 y 2011 se llevaron a cabo 19 procesos para regularizar la entrada de autos usados a México, y que el decreto anterior publicado en el Diario Oficial de la Federación —anunciado el 24 de diciembre de 2020— vuelve factible su operación. Con esta nueva acción en 2021, se espera que las ventas caigan un 39% en el mercado nacional.
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La noticia Los autos chocolate se regularizarán en México: así impactará la medida al mercado fue publicada originalmente en Motorpasión México por Gerardo García .
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