Esta semana se produjo una noticia llegada desde China (tierra prolífica en noticias extrañas) que no le va a hacer ninguna gracia a Tesla. Al parecer, un Tesla Model S acabó en el fondo de un río cerca de la ciudad de Shanghai después de que su coche eléctrico decidiera acelerar y lanzarse al agua. ¡Menudo susto!
El propietario del vehículo, Xiao Chen dijo a los medios locales que justo cuando se dirigía a la estación de recarga eléctrica de Tesla en el distrito de Qingpu, en Shanghaui, el automóvil de repente aceleró y perdió el control. En su carrera suicida, el Tesla atravesó una valla metálica y se lanzó al río. Por suerte, el cauce no era muy profundo y tanto el conductor como su acompañante pudieron salir ilesos del trance.
A pesar la espectacularidad de este último caso, no es la primera vez que se reportan incidentes de este tipo con coches de Tesla, en los que muchos conductores han denunciado la aceleración involuntaria de sus coches.
Cierto es que muchas de estas reclamaciones carecen de fundamento y, tras la correspondiente investigación, se demuestra que el accidente es atribuible a un fallo humano. Sucede con frecuencia que los conductores confundan los pedales del freno y del acelerador. En otras en cambio no. Este parece ser uno de esos casos, y esto es lo que debería preocupar a Tesla.
El sedán eléctrico fue sacado del río, pero aún queda por ver qué daños sufrió el automóvil. De entrada, no pinta bien, pues es bien sabido que los coches eléctricos y el agua no suelen combinar bien, por lo que es muy probable que conseguir que este Tesla vuelva a circular por las calles de Shanghai costará bastante dinero.
Fotos – Electrek
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