El auto más vendido del mundo participa en una de las categorías más importantes de México: los sedanes compactos. El grado de competitividad en el segmento en ocasiones obliga a recalcular la estrategia, y el Toyota Corolla XLE llega a la gama 2022 en México justo a eso, a cerrar la brecha entre las versiones LE y SE con un equilibrio entre equipamiento y rendimiento de combustible. Lo tuvimos a prueba.
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El Toyota Corolla ofrece dos opciones de motor en México, uno de 1.8 litros y otro de 2.0 litros, además de la variante híbrida. Entre la versión más equipada con el motor pequeño (la LE) y la de motor grande (SE) había un área sin explorar. Los clientes pedían las amenidades del tope de gama, pero con el motor pequeño en busca de ahorro de combustible. De ahí nace la versión XLE.
A nivel visual será fácil identificarlo frente a las demás versiones. No lleva los parachoques deportivos ni el pequeño alerón de la variante SE, pero sí los faros de LED con la firma de tres jotas —que anteriormente no se ofrecían en ninguna versión con este motor— y rines de aluminio de 16”.
La clave está en el equipamiento
Toyota no sólo encontró un hueco en la gama del Corolla, sino en toda la categoría de sedanes compactos. Esta versión se coloca a un precio en el que sus rivales tienen versiones más baratas con menos equipamiento, o más costosas con más equipamiento, pero por los 435,300 pesos que cuesta el Corolla XLE, ningún otro modelo ofrece un precio similar, con una configuración de equipamiento, motor y transmisión parecida.
La propuesta de equipamiento de esta versión está compuesta por una pantalla de 7” compatible con Android Auto y Apple CarPlay —en una posición muy cómoda para leer mapas—, espejos laterales calefactables, quemacocos, espejo retrovisor electrocrómico, llave inteligente, climatización automática con modo Eco, tapicería en piel y asiento del conductor con ajuste eléctrico. Comparado con el Corolla SE, el tope de gama, lo único que no lleva es la pantalla de 8”, las paletas de cambio al volante y el cargador inalámbrico para teléfono, elementos de los que sinceramente se puede prescindir.
En lo demás, la cabina cumple. Hay algunos detalles que delatan que no se trata del tope de gama, como el acabado tan sencillo de las manijas o el volante sin decoraciones en contraste. Eso sí, todas las superficies de contacto habitual son acolchadas y las perillas tienen buen tacto. El diseño minimalista del tablero permite ubicar controles fácilmente, aunque me hubieran gustado espacios de almacenamiento un poco más grandes a lo largo de la cabina.
Finalmente, al hablar de espacio, el Toyota Corolla es competitivo, aunque no es el sedán más amplio de la categoría. El lugar para piernas es bueno, aunque a lo alto es un tanto reducido, sobre todo en la plaza central. Aquí el único aspecto donde quedó a deber es en amenidades: no hay puertos USB, conectores de 12 V ni salidas de A/C para quienes viajen atrás.
Un motor suficiente para el día a día
Quien no requiera de los números de un Corolla SE, encontrará en la versión XLE una gran opción. Lleva un motor de 2.0 litros de 139 hp y 126 lb-pie con transmisión automática CVT. Como puedes imaginar, este auto no es una bala ni pretende serlo. Todo aquí va orientado a la eficiencia, al ahorro y a la comodidad.
Con estos números, el Corolla XLE se mueve correctamente en entornos urbanos. No llega a sentirse torpe ni que le falte poder. La caja CVT hace su característico sonido y un efecto de estancamiento en revoluciones al abusar del acelerador, la mayor parte del tiempo se comporta suavemente y simula bien los cambios. Para moverse en ciudad está bien.
En carretera la historia cambia un poco. El motor es suficiente, pero no le sobra potencia y habrá que ir forzándolo constantemente para mantener buenos ritmos. Nuevamente, no llega a sentirse torpe, pero se extrañará algo más de poder. Simplemente es cuestión de ser más precavidos al rebasar, y pacientes para alcanzar velocidades altas, sin que eso signifique que no sea un sedán apto para carretera.
El punto fuerte del Corolla siempre ha sido el confort. Esta generación, en concreto, logró cazar la comodidad de toda la vida con una sensación de manejo más directa, que transmite mayor precisión sobre lo que sucede con las ruedas aun al apostar por reacciones sumamente suaves.
La dirección es ligera y muy asistida, pero no da sensaciones falsas. La suspensión es sumamente cómoda, y me atrevo a decir que es el sedán más cómodo para calles maltratadas. Se siente sólido y los impactos con baches se absorben con suavidad, en buena medida gracias a que esta versión lleva rines de 16", no de 17".
Al final, con todo y su suavidad, el Corolla controla bien las transferencias de peso y no hace movimientos de carrocería raros al esquivar objetos repentinamente. Su manejo quizá no despierta mucho a manos de entusiastas, pero es cómodo, equilibrado y responde como debe responder en situaciones adversas.
Finalmente, el consumo. Con este motor, el Toyota Corolla XLE puede alcanzar fácilmente 10.5 km/l, aunque en trayectos donde cuidas el pie derecho, el rendimiento puede llegar sin dificultad a 12.5 km/l, que no están nada mal para la categoría de los compactos.
El Corolla más equilibrado de la gama
Antes decía que el Corolla que había que comprar era el híbrido. Hoy sigo pensando lo mismo porque es la opción más interesante de la gama por todo el valor que aporta en términos de ahorro, comodidad y equipamiento, pero si no quieres un híbrido, la versión XLE me parece la más equilibrada: tiene un motor suficiente para el día a día o para salidas ocasionales a carretera, y lo empata con una conducción cómoda y una buena dosis de equipamiento, sin disparar el precio con elementos que no necesita.
Si estiras el presupuesto, podrás saltar a modelos con más tecnología de seguridad o motores más potentes; si miras hacia abajo, habrá competidores más baratos, pero no tan equipados. Pero por los 435,300 pesos que pide Toyota por este Corolla, la propuesta da en el blanco. Ni más ni menos.
8.4
A favor
- Buen rendimiento de combustible.
- Conducción muy cómoda.
- Buen nivel de equipamiento.
En contra
- Plazas traseras algo reducidas.
- No hay puertos USB de carga en la segunda fila.
- El comportamiento es bueno, pero no emociona.
Toyota Corolla XLE
$435,300
- Motor: 4 cilindros de 1.8 litros
- Potencia: 139 hp @ 6,100 rpm
- Par: 126 lb-pie @ 3,900 rpm
- Transmisión: Automática CVT
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / disco
- Peso: 1,360 kg
- Neumáticos: 205/55 R16
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Independiente multibrazo
- Longitud: 4,630 mm
- Cajuela: 370 litros
- Consumo en ciudad: 12.5 km/l
- Capacidad del tanque: 50 litros
- Fabricado en: Estados Unidos
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La noticia Toyota Corolla XLE, a prueba: el punto de equilibrio entre equipamiento y rendimiento fue publicada originalmente en Motorpasión México por Gerardo García .
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